POPO, CACA, ESTIÉRCOL, ABONO

A la vista de los últimos sucesos acontecidos, he de decir… que,

Pensando en la repercusión mediática que tendría la apertura por parte de esta sociedad tan sumamente democrática y justa, de cualquier estado de alegría que se saliese del dramatismo normal y moral, de un estado de ansiedad y miedo tan grandes por no estar acostumbrados, que casi será mejor  dejarnos llevar por la negatividad del sistema y de la expresión una vez y otra repetida de “esto es una mierda”, cosa que además nos configuraría como  gente más moderna y entendida.

Pues si no bien, tenemos el ejemplo de esos a los que llamamos países subdesarrollados que aún carentes de muchas de nuestras ventajas, nos demuestran que vivir en lo que nosotros llamamos ignorancia y sin casi medios para sobrevivir,  no significa por ello perder la alegría, lo que nos lleva a la conclusión o como mínimo a pensar,  que tal cual hemos llevado nuestra sociedad avanzada, no es más que lo que realmente y en momentos emotivos, solemos decirnos los unos a los otros, “menuda mierda”.

Pero…. A fin de cuentas,… ¿qué es la mierda?

No pensemos solo en un excremento húmedo, nauseabundo y olorosamente repugnante, si no en algo caduco, o las sobras de lo que nuestro cuerpo ya ha procesado y a resultado inútil de aprovechar. Tan simple como eso.

Y ahora que tenemos más-menos claro que es una mierda, comparémosla de una manera objetiva con una gran ciudad, con todos los adelantos, servicios, grandes edificios, paseos, avenidas, museos, y todo lo demás….con un gran y nauseabundo cagarro.

Y no, no se me ha ido la olla, ni me pasa nada, ni estoy negativa, ni tiene nada que ver el tiempo, simplemente es un cagarro.

Pero es mi cagarro, es nuestro cagarro, lo hemos creado, amasado, generado, potenciado, amado, mimado, nos ha subyugado, nos hemos dejado seducir por su aspecto nauseabundo, espeso, constante, lo hemos olido y casi deleitado…hasta que nos ha llegado a la boca, lo hemos probado,  y ¡ay! amigos no nos ha gustado.

Bien,…. pasemos de la mierda.

Cambiemos el concepto, y en lugar de caca, o popo, para los oídos más delicados, pasemos a llamarlo estiércol.

Ahhhh¡¡¡¡¡¡¡ estiércol

Esto ya cambia, porque el estiércol, no es lo mismo que la caca, siiii, pero noooo, a que si lo piensas acabas de ver mentalmente un campo.

Vamos a probar, repitamos de forma mental, primero, MIERDA, y ahora, ESTIERCOL, ohhh¡¡¡¡¡¡ si hasta huele bien.

Este excremento que nos ayudará a dar forma y fertilizar los nuevos campos, que ayudará a crecer nuevas plantas, que da consistencia a la tierra, que la cuida y la mima, con sus bacterias recicladas, que en lugar de crear porquería nos hará ver otra vez la esperanza en un mañana mejor (oh happy day), que con sus sustancias y vitaminas (porque algunos dicen que tiene) junto con la tierra húmeda, y la semilla apropiada, formará nuevas generaciones más fuertes y esperemos más maduras, con el sentido común como bandera, y hasta un poquito de inconsciencia. Ahora es el momento de volver a echar el abono.

Arriba el estiércol, abajo la mierda

1 comentario:

  1. Hola Eva,
    quan vas llegir-nos el teu relat, vaig pensar que tenies raó amb molts aspectes.
    Recorda que et vaig dir que almenys l'abono hauriem de tenir sort que fos natural sense afegits sintetics.
    Petons, Rosa

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